La Organización Mundial del Transporte (IRU), de la que forma parte la CETM, ha emitido un nuevo informe sobre la escasez de conductores profesiones en el que revela que hay más de tres millones de puestos de trabajo de conductor profesional de camión vacantes, es decir, el 7% del total de puestos de los 36 países estudiados.

Para la realización de este informe se han encuestado a más de 4.700 empresas de transporte por carretera en América, Asia y Europa. La bajada de la demanda del transporte en los últimos meses ha hecho que la escasez de profesionales haya disminuido en Estados Unidos y Europa, pero el estudio prevé que la situación empeore en los próximos años.

La IRU estima que en 2028 podrían quedar vacantes más de 7 millones de puestos en los países encuestados: 4.9 millones en China (20/% del total), 745.000 en Europa (17% del total) y 200.000 en Türkiye (28% del total).

El informe determina que menos del 12% de los conductores profesionales de camión tienen menos de 25 años, una cifra que en Europa se reduce al 5% y, en la mayoría de los países estudiados, al menos, el 50% de los operadores de transporte por carretera tienen serios problemas para contratar conductores cualificados.

La presencia femenina en la profesión también sigue siendo baja: solo el 6%, por debajo del sector del transporte en general.

El secretario general de la IRU, Umberto de Pretto, ha hecho un llamamiento para que los gobiernos y autoridades “incrementen sus esfuerzos” para mejorar el acceso a la profesión.

Desde la IRU señalan que la edad mínima para conducir en el transporte internacional de mercancías sigue estando entre los 21 y 26 años en algunos países y los altos costes para obtener los permisos dificultan el camino. Por ello, hacen un llamamiento para que los gobiernos reduzcan la edad mínima para conducir y subsidien los costes.

Asimismo, advierten que el grupo disponible de trabajadores nacionales no puede ser suficiente para cubrir la brecha de profesionales y emplazan a que se facilite el acceso de los conductores cualificados de terceros países, de manera que aquellos países con exceso de profesionales puedan ayudar a “cubrir lagunas cuando sea necesario”.