Ante la pregunta lanzada por un medio de comunicación especializado en transporte en la rueda de prensa del Comité de Gestión Técnica del Coronavirus, provocada por la Nota de Prensa publicada ayer por la CETM en la que se cuestionaba la actitud de los cargadores respecto a las operaciones de carga y descarga y se instaba al Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana a prohibirla de una vez por todas, la secretaria general de Transportes, María José Rallo, ha asegurado, para nuestra sorpresa y enfado, que “la posibilidad de una prohibición general en relación a la carga y descarga no es una solución factible”.
Puede que una prohibición general de que el conductor realice la carga y la descarga no sea factible, pero desde luego no es lo que venimos reclamando desde hace años, pues siempre hemos defendido ante la Administración que hay actividades que deben estar excepcionadas de dicha prohibición: por ejemplo cisternas, portavehículos, mudanzas, paquetería, etc. No obstante, seguimos defendiendo que se prohíba de manera inmediata para el resto de los casos.
En nuestra opinión, lo que no es factible, es aceptar que la cadena de suministro, responsable de facilitarnos todo lo que necesitamos (equipamiento sanitario, medicinas, alimentación y otros bienes de primera necesidad) durante esta crisis, corre riesgo de romperse por el abuso que los cargadores ejercen sobre los transportistas, obligándoles a cargar y descargar los camiones y a asumir el riesgo tanto de tener un accidente como de contagiarse.
No sabemos que nos molesta más, el que nuestros cargadores no hayan tenido la decencia de ser ellos mismos quienes desistan de que los conductores realicen estas operaciones, en aras de algo tan básico como es garantizar la seguridad de unos profesionales que lo están dando todo para cumplir con su responsabilidad en estos momentos tan difíciles, o que el Gobierno siga protegiendo los intereses económicos de dichos cargadores en detrimento de la seguridad de los conductores y de las empresas de transporte por carretera negándose, una vez más, a prohibir que carguemos y descarguemos los camiones.
Con independencia de nuestras históricas reivindicaciones en este sentido, estamos convencidos de que es precisamente en estos momentos donde no debemos poner en riesgo la salud de nuestros conductores, quienes están haciendo un esfuerzo encomiable para que la población pueda recibir todo lo que necesita, y de cuyo trabajo no podemos prescindir. Entendemos, en consecuencia, que cada parte de la cadena logística debe asumir la responsabilidad que le corresponde y la de nuestros conductores es conducir. Mal van a poder prestar sus servicios a esta sociedad a quien sirven con toda su fuerza y dedicación, ahora y hasta que logremos acabar con este maldito virus, si enferman o se accidentan. ¿Alguien se imagina lo que pasaría si nos quedáramos sin conductores profesionales en estos momentos?