Son tiempos difíciles para todos. La subida de los precios de la luz o el gas, el alza de los carburantes o la cesta de la compra, están ahogando a muchas familias y la gran mayoría de las empresas y autónomos tienen que realizar un enorme esfuerzo para seguir manteniendo el empleo y aguantar el embate.
Llevo varios días observando como en muchos medios de comunicación se preguntan por qué no se está notando la bajada del IVA que el Gobierno aprobó para productos como la pasta, la leche o el aceite de oliva. Como suele ser habitual, recurren a expertos o representantes de los sectores implicados. Recientemente, uno de ellos, Josep María Bonmatí, director general de AECOC, achacaba las subidas de los precios en los supermercados al incremento de costes aludiendo a la Ley de Residuos o Ley de la Cadena de Transporte.
Ante este tipo de afirmaciones que se realizan con cierta ligereza, me veo en la obligación de recordar algunas cuestiones. La Ley de la Cadena de Transporte se aprobó tras el diálogo y las negociaciones mantenidas entre el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC), del que forma parte la CETM, y el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para evitar los abusos de los cargadores y lograr que las empresas y autónomos del sector del transporte de mercancías por carretera no trabajen por debajo de sus costes.
Los transportistas deben ampararse obligatoriamente en esta normativa para cubrir el total de los costes de la prestación de sus servicios, algo que no siempre ocurre, puesto que los cargadores se aprovechan de su posición de dominio e intentan imponer sus precios bajo la amenaza de que si tu empresa no realiza ese servicio lo hará cualquier otra. Los cargadores, con AECOC a la cabeza, siempre han negado estas prácticas abusivas, por lo que no entiendo de qué manera la Ley de la Cadena del Transporte les supone una subida de sus costes si, como ellos mismos dicen, ya pagaban justamente los servicios de las empresas y autónomos del transporte.
Pero aquí no acaba el ‘relato’ de Bonmatí. Incrédulo escucho como se queja de que la carga y la descarga ha supuesto para las empresas a las que representa más de 300 millones de euros. Como bien sabrán ustedes, desde septiembre de 2022 la realización de las labores de carga y descarga por parte de los conductores está prohibida, salvo algunas excepciones. Es una reclamación histórica de la CETM y ha costado mucho tiempo y esfuerzo conseguir que sea una realidad.
La labor de nuestros conductores, por seguridad, no ha de ser otra que la de conducir y, además, no podemos permitir el trato que reciben en muchas ocasiones. Todavía hoy, con una Ley que establece la prohibición de la carga y la descarga, muchas empresas cargadoras presionan a los conductores para que se descarguen ellos y ante su negativa, les hacen esperar horas y horas hasta que finalmente su personal realiza esta operación. Juegan con nuestro tiempo y nuestro dinero y aún así se atreven a salir en la televisión y a “cargarnos con el muerto” a los transportistas.
Lo siento, pero no puedo permitir que se sigan realizando afirmaciones como las del señor Bonmatí, con las que se pretenden atribuir a los transportistas toda la responsabilidad sobre el aumento del coste de la cesta de la compra, lo que es completamente falso, ya que todos los estudios publicados indican que en España el transporte representa apenas el 4% del precio total de alimentos y productos de gran consumo.
Nuestra labor es primordial, gracias a nuestro sector sus productos traspasan fronteras, llegan allí donde y cuando los necesitan, y en lugar de valorar nuestros servicios como realmente se merece, todavía querrían exprimirnos más.
Día sí y día también, vemos noticias que hablan sobre buenos resultados de algunas de las empresas a las que representa AECOC, de los que nos alegramos y deseamos para las nuestras, así que hágannos un favor y traten de defenderse sin atacar a los que menos culpa tienen.
Las empresas y autónomos del transporte de mercancías están realizando grandes esfuerzos para salir adelante y conseguir, ya no lograr beneficios, sino evitar pérdidas.
Ovidio de la Roza, presidente de la CETM