Este martes el Comité de Transporte y Turismo del Parlamento Europeo se reunió con la comisaria de Transporte, Adina Valean, para intercambiar impresiones ante la revisión de la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T).
En su intervención, la comisaria indicó que en dicha evaluación han participado más de 600 organizaciones y ciudadanos particulares. Tras haber realizado la segunda parte de la consulta, dichas organizaciones profesionales comparten ahora su visión sobre el funcionamiento del Reglamento. Además, la Comisión Europea también ha pedido opinión a cerca de 1.500 expertos.
Valean compartió con el Comité TRAN algunos de los puntos en los que la mayoría de las partes están de acuerdo. Consideran que la RTE-T impulsará una movilidad transfronteriza más fluida y segura y, además, servirá para continuar en el camino del progreso tecnológico. Asimismo, los encuestados han mostrado su apoyo al enfoque del corredor de la red central y reclaman que la Unión Europea refuerce sus instrumentos para que dicha red se haya completado en 2030.
La revisión de la RTE-T se llevará a cabo en conjunto con la Directiva de Infraestructura de Combustible Alternativo y Reglamento del Corredor de Carga Ferroviaria y está previsto que, una vez que dicho estudio esté completo, los resultados se publiquen en noviembre de 2020. Valean anunció que el diseño de la red central permanecerá como está y, aunque se ha progresado, hay proyectos que se están retrasando. Por este motivo, la comisaria de Transportes anunció que la extensión del plazo no es una opción e hizo hincapié en la necesidad de actualizar la red.
En cuanto a las infraestructuras, la integración de infraestructuras de combustible alternativo es uno de los requisitos obligatorios de la Red Transeuropea de Transporte, así como la necesidad de impulsar soluciones tecnológicas orientadas al futuro y reducir los procedimientos abandonando el uso de documentos en papel.
Valean declaró que no hay alternativas en infraestructuras clave como los túneles alpinos o el proyecto Seine-Scheldt, pero el objetivo sigue siendo combinar infraestructuras tradicionales con proyectos nuevos que faciliten el acceso a terminales o a los flujos de información.
Otro de los puntos clave de la revisión de la RTE-T es garantizar la conectividad de todas las regiones, apoyándose en el ferrocarril, y prestar atención a zonas rurales y periféricas que no pueden quedar desatendidas.
Asimismo, algunos requisitos y estándares de la red serán reevaluados y otro de los puntos que se deberán tener en cuenta es la adaptación a nuevos riesgos como la crisis del Covid-19.
La comisaria de Transporte destacó que la crisis sanitaria ha servido para demostrar la importancia del transporte para la economía y los mercados y finalizó su intervención apuntando que el éxito de la RTE-T dependerá en gran medida del apoyo financiero de las instituciones de la UE.