La Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) se une a la Organización Internacional del Transporte (IRU), de la que forma parte, para reclamar la eliminación de las limitaciones que algunos países europeos están imponiendo a los profesionales del transporte de mercancías.
En los últimos días, la República Checa o Austria han anunciado nuevas restricciones para los conductores que circulan en su territorio y se dirigen a Alemania, exigiendo una prueba Covid-19 negativa. En consecuencia, una vez más, se daña la labor de los profesionales del transporte, poniendo barreras a la libre circulación de mercancías.
La IRU ya envió a finales del mes de enero una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, en la que pedía “una acción inmediata” para garantizar la actividad del transporte, puesto que los Gobiernos de la UE deben mantener las barreras abiertas.
Por su parte, la Comisión Europea respondió la semana pasada a dicho escrito, indicando que la posición de la UE no ha cambiado y es necesario que las medidas individuales sean proporcionadas y no perjudiquen al sector.
En este sentido, la CETM reclama que se exima al transporte de mercancías de este tipo de medidas que no hacen sino poner en peligro el funcionamiento de la cadena de suministro, provocando esperas y retenciones. Además, recuerda que uno de los compromisos de los Estados miembros de la Unión Europea es el mantenimiento de los denominados ‘green lanes’ o carriles verdes, para facilitar el tráfico de los vehículos de transporte de mercancías en los cruces fronterizos, donde el tiempo de espera no debería superar los 15 minutos.
Sin embargo, esto dista mucho de la realidad, y este tipo de medidas unilaterales solo perjudican a un sector esencial para garantizar el suministro de supermercados, hospitales, farmacias, comercios y, en definitiva, del conjunto de la sociedad.
Tal y como señala la IRU, más de 7.000 camiones mueven mercancías en el corredor Norte-Sur a través del Tirol todos los días y decenas de miles de camiones utilizan el corredor Este-Oeste hacia Alemania a través de la República Checa, otro de los principales ejes de transporte para Europa Central. Estas cifras se asemejan al tráfico de vehículos en el corredor Dover-Calais, donde en el mes de diciembre miles de conductores estuvieron retenidos durante varios días después de que Francia exigiera una prueba negativa.
Por tanto, urge que los países europeos garanticen el paso de los camiones sin restricciones o de lo contrario, podrían producirse situaciones similares a las que se vivieron en Reino Unido, poniendo en riesgo el bienestar de los profesionales del transporte y el funcionamiento de las empresas del sector.