Tras la convocatoria por parte del Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC) de un paro del 19 al 22 de diciembre, en un principio los cargadores han optado por responder con su silencio, a pesar de que las organizaciones de transporte que pertenecen al Comité, entre ellas la CETM, llevan tiempo denunciando las condiciones denigrantes a las que someten a los conductores profesionales y es uno de los principales motivos por los que el sector pretende movilizarse.
El transporte de mercancías por carretera es un sector atomizado y la capacidad negociadora de la mayoría de las empresas es muy limitado. Esto hace que los cargadores se beneficien de esa posición de dominio y obliguen a cargar y descargar las mercancías, una labor que no le corresponde al conductor, y que debería correr a cargo de personal especializado.
Además, el trato que reciben los profesionales del trasporte es humillante en la gran mayoría de ocasiones, teniendo que soportar largas horas de espera, sin que les permitan el acceso a los aseos o les obliguen a permanecer en “jaulas de seguridad” como si de un animal se tratara.
Solo la Asociación de Cargadores de España (ACE) se ha pronunciado sobre la convocatoria del CNTC durante la celebración su Asamblea General y, en lugar de
reconocer los errores y de abogar por una posición más conciliadora, su presidente Carlos Castán ha advertido del agravio que puede suponer el paro para los consumidores y ha actuado como si el problema no fuera con ellos, dejando caer todo el peso sobre la Administración. Algo que, paradójicamente, también ha hecho la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, en el sentido contrario, afirmando que la mayoría de las reivindicaciones se exceden de sus competencias y tienen que ver con los cargadores.
ACE simplemente ha mencionado que han de mejorar las condiciones de los conductores, por el mero hecho de que la organización ha firmado el manifiesto internacional liderado por la IRU que aboga por mejorar el trato de los profesionales del transporte a través de la denominada ‘Carta del conductor’.