En un momento en el que muchas empresas de transporte de mercancías viven con incertidumbre ante la crisis del COVID-19 y no saben cómo podrán seguir adelante con su actividad, el Gobierno de Navarra plantea implantar un peaje exclusivo para camiones en cinco vías diferentes.
Como bien señala la asociación de la CETM en Navarra, ANET, la circulación de los vehículos pesados por la N-121 siempre ha sido objeto de controversia en la Comunidad Foral pero, ahora, no planean el desvío de camiones, sino el cobro de un peaje en esa vía. Además, la nueva propuesta que el Departamento de Cohesión Territorial ha trasladado a los diferentes grupos parlamentarios incluye el cobro de dicho peaje en otras cuatro vías más, (A10, A-15, A-68 y A-1).
Desde la Confederación Española de Transporte de Mercancías queremos manifestar nuestro profundo rechazo a esta propuesta que, además, en un escenario como el que vivimos actualmente, cuando la supervivencia de muchas empresas de transporte de mercancías peligra, nos parece deplorable.
La propuesta del Ejecutivo navarro se plantea como alternativa para llevar a cabo el mantenimiento de las vías, excusándose en el concepto de “quién contamina paga” o “quién usa paga”. Como bien señalan desde ANET, este principio no se puede trasladar solo a los vehículos pesados y, además, las infraestructuras son un servicio público que debe financiarse con cargo a los presupuestos. De hecho, si se hubiera destinado la cuantía que establece el Plan de Carreteras, ahora no se pondría encima de la mesa este plan que las asociaciones de transporte de mercancías conocieron tan solo unas horas antes de que se anunciara a los medios de comunicación.
La pretensión de hacer pagar doble al transporte deja en evidencia la relevancia que el Gobierno Foral otorga a un sector que se está dejando la piel ante la crisis sanitaria que vive el país. Una vez más, el empeño en castigar al transporte de mercancías no cesa, aún a sabiendas de que los camiones ya pagan por los costes sociales a través de varios impuestos.
Este peaje discriminatorio únicamente serviría para obligar a los transportistas a contar con costes inasumibles y, por si no fuera suficiente, ciertas voces se atreven a acusarlos de “destroza carreteras”, a pesar de que el problema radica en la falta de mantenimiento que ha existido durante los últimos doce años.
Por ello, CETM apoya rotundamente lo expuesto por ANET, que señala que el sector contribuyó a las arcas de la Hacienda Foral el pasado año con 275 millones, un 7.05% de la recaudación, cifra con la que el Gobierno podría en cinco años duplicar los túneles de Belate y Almandoz, establecer una autovía en la N-121 con salida directa a Francia y llevar a cabo el correcto mantenimiento de las carreteras.
Tampoco podemos olvidarnos de que este peaje repercutirá en la fabricación y en el precio final al consumidor, de manera que supondrá la pérdida de competitividad de las empresas navarras. En definitiva, ante este último intento del Gobierno navarro por aminorar al transporte, esperamos que quede en eso, en una pretensión que no avance más allá del papel, porque ante la crisis económica y financiera que ya está comenzando a ahogar a las empresas navarras, hay que buscar medidas de protección, no opciones debiliten y golpeen al tejido empresarial.